ENCUENTRO DE MÁQUINAS MONOGRÁFICAS

Encuentro Artístico de mecanismos, rieles, poleas, engranajes y fuentes de locomoción alrededor de temas sudamericanos: la carneada, la extracción, el simulacro y la muerte | Artistas: Irene Accarini, Juan José Calarco, Sebastian Pasquel, Edicita Sarragoicochea, Cristian Espinoza | Organizado por Pasquel-Sarragoicochea-Espinoza (colectivo Ramas Negras) | Patrocinado por PICA dirigido por Tatiana Sepúlveda | PICA de Fundación Lebenshon

si allí debe haber represión es que más allá hay algo que presiona. No hay
necesidad alguna de ir muy lejos en un análisis LACAN, SEMINARIO 11 / CAP.13


“…la pulsión es un montaje que, en primer lugar, se presenta como si no tuviera ni pies ni cabeza -en el sentido en que se habla de montaje de un collage surrealista. Si aproximamos las paradojas al nivel del objeto, al del fin de la pulsión, creo que la imagen que nos aparece mostrará el funcionamiento de una dínamo empalmada en la toma de gas, saliendo de ella una pluma de pavo real que cosquillea el vientre de una hermosa mujer que permanece allí por la belleza del aparato”
LACAN, SEMINARIO XI / CAP.13 Desmontaje de la Pulsión

16-17.5.2014
MEMORIA

«Si la máquina deseante fuera eficaz, pasaría al otro lado del espejo hasta alcanzar la monstruosidad, la que dice, el fanatismo de las totalidades y la completud. La máquina total repite lo viviente inerte, sin permitir una creación, que nacería del olvido del todo, del brillo de alguna ausencia.» Fragmento de No es Automatico! de Irene Accarini

Máquinas Monográficas es una reunión para compartir un conjunto de máquinas artísticas, una´performance sonora, y un ensayo sobre las máquinas.
También es la reunión pública del colectivo Ramas Negras ( Sebastian Pasquel, Edicita Sarragoicochea Y Cristian Espinoza ) en la que se pone en escena la producción de este último período junto a la compañía de dos artistas invitadas que nos ayudarán a dar cuenta del tono y propósito de plantear una producción artística de máquinas.

Como se ha evidenciado los procesos de las artes visuales incorporan desde principios del s.xx mecanismos, sistemas de producción material y andamiajes operacionales.
En las artes los mecanismos operan como encadenamientos post-lexicológicos en que lo combinatorio y semántico da paso a rieles, poleas, engranajes, y fuentes de locomoción.

Nuestra producción de máquinas se sitúan en el plano del registro sudamericano dando cuenta cada cual de un asunto monográfico, a decir:
Una máquina para procesamiento y minería de datos de muerte de personas y estimulación de procesos de introspección y memoria (siempre en el sentido de producción);
una máquina para carnear cuerpos institucionalizados (a la manera de la industria-cultura);
una máquina de simulación del territorio tecnointervenido y otra de simulación de paisaje (no más naturaleza, sino ahora acoplamientos productivos).

Para situarnos en estos términos de producción, hemos invitado a la artista, psicoanalista e investigadora Irene Accarini quien presentará ensayo crítico que nos de luces para interpretar el discurso de la máquina.

Performará in-situ una pieza sonora el Artista Juan José Calarco, con máquinas preparadas, como la posibilidad de una bifurcación en nuestras propias sensibilidades en la manera de ponernos a la escucha.

Artistas: Irene Accarini, Juan José Calarco, Sebastian Pasquel, Edicita Sarragoicochea, Cristian Espinoza
Viernes 16 y Sábado 17 de Mayo 2014 – Desde las 18:00hrs
PICA de Fundación Lebenshon – Montes de Oca, Barracas, Buenos Aires

Actividades:
SÁBADO 17 DE MAYO 2014
18:00 Apertura de lugar de reunión
19:00 Brindiz por la buenaventura de nuestros invitadXs
20:00 Presentación Sonora de Juan José Calarco
21:00 Lectura de texto NO ES AUTOMÁTICO, Irene Acarini

No es automático!

Hay hechos hubo intuiciones y habrá posibilidades en el encuentro entre los cuerpos y su mundo. Los trayectos se amalgaman en sustancias ….

El soporte del lenguaje se apareja en el cuerpo, si bien hubo de ser primero símbolo, antes de volverse máquina deseante. El deseo es un modo de conocer, un modo de hacer saber sin los signos de una enciclopedia universal, es un andamiaje singular, trazado por irrupciones, por intermitencias en cada ejercicio biográfico, es lo que cae de la flecha que apunta al blanco; cual gesto de Eros deslumbrado por Psiquis, por eso está siempre entorpecido, resulta ser una máquina que jamás funciona para atrapar su meta y eternizarla. Es gustosamente así, si el deseo dejara de ser deseante, si acaso se cumpliera, se extinguiría. ¿Y qué cuerpo quiere cumplir sus deseos más allá de los sueños?

Si la máquina deseante fuera eficaz, pasaría al otro lado del espejo hasta alcanzar la monstruosidad, la que dice, el fanatismo de las totalidades y la completud.

La diferencia nace de una traducción entre el original natural y su nuevo soporte, instalando no la duplicidad, sino la equivocidad, el lugar intermedio fuera de todo automatismo.

Las máquinas se vuelven así otro aparato que lenguajean, de su accionar quedan superficies donde los seres hablantes que interactúan con ellas pueden entreverse como tensión, como cuerda, como giro, como mortal, como eros, como causa. Recién allí la máquina se transmuta, lejos de su paradoja de función- no función; el deseo podrá hacer un trayecto que no sea su extinción, podrá coincidir con su presencia en el presente, en el ejercicio de una invención.

Irene Accarini